KASTELLORIZO
Isla del Archipiélago griego del Dodecaneso
ubicada en el Mar Mediterráneo (Mar Egeo Meridional)
KASTELLORIZO es una grata anomalía ya que su nombre oficial es Magisti. Quiere decir "la mayor", pero en realidad es la más pequeña del Dodecaneso central. Debe su nombre al hecho de ser la mayor de las islas que aquí forman un pequeño grupo.
Otra curiosidad es que Kastellorizo está a 118 km de su vecina griega más próxima, Rodas, pero sólo a 25 km de la costa turca, siendo Kas, la ciudad más cercana.
Su superficie es de apenas 9 kilómetros cuadrados, con una población de aproximadamente 300 personas. Fue descubierta por los turistas extranjeros recién en 1987, cuando un nuevo aeropuerto la puso en contacto con el mundo exterior, ya que hasta ese entonces la isla quedó como un remoto puesto de avance, olvidado por los griegos durante mucho tiempo.
Sólo tiene un núcleo urbano, distribuido entre la ensenada principal y la bahía de Mandraki. Apenas hay una decena de coches en toda la isla. Probablemente eso explica la paz que se respira. Con una oferta hotelera muy reducida, sin tráfico ni discotecas, Kastellorizo es el lugar idóneo para descansar y disfrutar de placeres y quehaceres sencillos. Pasear, pescar, leer, nadar, bucear, conversar, en Kastellorizo lo ordinario deviene extraordinario.
Desde el puerto sorprende su teatralidad. Agrupadas en torno al puerto a modo de anfiteatro, las casitas trepan por la falda de la montaña. Como pintados por un niño, los edificios lucen suaves colores pasteles, tejados a dos aguas y balcones de madera.
El castillo ahora en ruinas en la parte superior es el que le dio el nombre a la isla (Castello Rosso Kastelorizo).
La atmósfera de la isla es de hecho muy cinematográfica, no en vano la oscarizada Mediterráneo (1992), de Gabriele Salvatore, fue rodada allí. La película narra las peripecias de unos soldados italianos varados en una idílica isla griega donde poco a poco van asilvestrándose y asimilándose a la población.
El restaurante TA PLATANIA conserva todavía fotografías y recuerdos del rodaje, todo un hito para los lugareños. Situado en un alto, junto a la catedral de Agios Constantinos es una encantadora plazuela flanqueada por grandes eucaliptus. TA PLATANIA es un restaurante popular alejado del bullicio de la ensenada principal donde se ubican todos los demás. Allí el viajero puede degustar platos caseros servidos por mujeres orondas con el cariño de madres o abuelas.
Cerrada en forma de herradura, la ensenada de Kastellorizo es un puerto natural de singular belleza que cada verano atrae a numerosos navegantes.
Situado en el extremo de la ensenada, junto a una antigua mesquita otomana hoy convertida en Museo local, el FAROS presenta deliciosos cocteles que pueden tomarse de día y de noche,contemplando un cielo negro límpido cuajado de estrellas
¡¡Es agradable acompañar el recorrido con un buen poema. Espero que también lo disfruten!!
ISLA IGNORADA
Gloria Fuertes
Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
—sola sólo—.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
—manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz —que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
—para la muerte me dejó un misterio.
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
—sola sólo—.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
—manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz —que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
—para la muerte me dejó un misterio.
Información general en:
Visitar:
Leer:
*Libro del viajero. National Geographic. GRECIA.
*Revista TRAVELER. Marzo de 2012. National Geographic.
No hay comentarios:
Publicar un comentario